miércoles, 9 de mayo de 2007

Dizzy for President


En 1958, Cannes se rinde a los pies de estos otros dos conspiradores: "A night in Tunisia" interpretada por Dizzy Gillespie con Kenny "Klook" Clarke haciendo de las suyas a la batería.

Al cierre de este primer plebiscito entre los aún pocos –pero selectos, eso sí- lectores de “No America, no jazz”, la opción más votada de entre las propuestas ha sido esta perla del anecdotario jazzístico…

En 1963, el gran Dizzy Gillespie (nacido John Birks Gillespie, Cheraw, Carolina del Sur, 1917 – Englewood, Nueva Jersey, 1993), presentó medio en broma medio en serio su candidatura a la presidencia de los Estados Unidos en protesta por la segregación racial en el país.

Su campaña en contra de los dos principales candidatos, el demócrata Lyndon Johnson y el republicano Barry Goldwater ("Anybody coulda made a better president than the ones we had in those times", escribiría más tarde), encontró apoyo en los ambientes progresistas pro derechos civiles. Se crearon y vendieron chapas con el lema “Dizzy for President” -altamente codiciadas hoy por nostálgicos y mitómanos-, cuyos beneficios iban destinados al Congress for Racial Equality (CORE), a la Southern Christian Leadership Conference (SCLC), así como a otros proyectos bajo dirección de Martin Luther King. Incluso fue compuesto un himno para la ocasión: una versión del tema “Salt Peanuts”, compuesto por “Diz” y el batería Kenny Clarke, a la que le fueron añadidos versos por cortesía del vocalista de scat Jon Hendricks. La letra decía algo así como...

“Your political leaders spout a lot of hot air
Vote Dizzy! Vote Dizzy!
But Dizzy blows trumpet so you really don't care
Vote Dizzy, Vote Dizzy!"

Aún seguís curiosos, ¿eh?. Pues bien, en "No America, no jazz" nos hemos surfeado toda la red hasta dar con esta rareza que os ofrecemos en exclusiva:


Dizzy Gillespie & Jon Hendricks - Vote Dizzy (Salt Peanuts)
[Dizzy for President. Knitting Factory, 1997]

Pero lo mejor estaba por llegar... El célebre buen humor del trompetista se manifestó una vez más al hacer pública la lista del que estaba llamado a ser su gabinete. Éste incluía, amén de a Ramona Crowell, su vicepresidenta de campaña y principal promotora de esta fabulosa historia, a Duke Ellington como secretario de Estado, a Miles Davis como ministro de Finanzas (pese a que él dijo preferir la dirección de la CIA), a Max Roach en la cartera de Defensa, Louis Armstrong en la de Agricultura y Ella Fitzgerald en la de Sanidad y Educación. Peggy Lee sería ministra de Trabajo, Charles Mingus, quien en principio iba a hacerse cargo del Ministerio de Guerra, lo haría del creado en sustitución de aquél Ministerio para la Paz, Thelonius Monk sería nombrado embajador plenipotenciario itinerante, Mary Lou Williams, embajadora ante la Santa Sede y Ray Charles –fina ironía ésta-, director de la Librería del Congreso.

Las propuestas que pretendía llevar a cabo de resultar elegido no tenían tampoco desperdicio alguno: desde desposeer de la nacionalidad estadounidense al gobernador de Alabama George Wallace –quien acuñó la infame frase de "segregation now, segregation tomorrow, segregation forever"- y deportarlo a Vietnam a cambiar el nombre de la Casa Blanca (The White House) por el de The Blues House u ordenar a la NASA el envío de un astronauta negro a la Luna (el propio Gillespie se ofreció como voluntario al no encontrar ningún candidato cualificado).

Finalmente, Dizzy se quedó sin misión Apollo y sin poder acometer las acciones más serias de su programas electoral, tales como unas sanidad y educación universales y gratuitas. Decidió retirar su candidatura de la carrera por la presidencia y pidió a sus amigos que votaran a Johnson, quien, a diferencia de él, tenía posibilidades reales de vencer en los comicios. Sin embargo, su particular lucha sirvió para reclamar una mayor atención por parte del Partido Demócrata hacia la población negra y sus problemas.

Fuese por las indicaciones al respecto del Gillespie o no, el caso es que así sucedió: Johnson resultó elegido para un nuevo período presidencial en 1964 con un apabullante 61,1% de los votos, lo que permitió a los demócratas aprobar en el Congreso numerosos programas sociales en los campos dea la educación, las artes y las humanidades, la sanidad y la vivienda. Además, la promulgación de la Ley de Derecho al Voto de 1965, abrió definitivamente a los negros estadounidenses las puertas de los colegios electorales.

El "embajador del jazz", en su autobiografía "To Be or not to Bop: Memoirs of Dizzy Gillespie" (Al Fraser y Dizzy Gillespie. Doubleday. Nueva York, 1979) escribió: "[...] pienso que Estados Unidos necesita un presidente que tenga una visión espiritual de las cosas, por el bien del género humano. Este tipo de punto de vista es el más importante, en mi opinión, para un estadista. Hay que ir más allá de las divisiones para buscar la unidad" (tomado a partir del librito introductorio a "Dizzy Gillespie: Ultimate" en la serie "Estrellas del jazz" del diario El País, por Miquel Jurado) . ¡Ay, otro gallo cantaría en América -con sordina, tal vez- si el bueno de "Diz" hubiese llegado a rebautizar la Casa Blanca!

Podéis encontrar artículos sobre el tema en la History News Network de la George Mason University aquí (ENG), en el Michigan Daily Online aquí (ENG) y en el Guardian Unlimited Arts aquí (ENG).

6 comentarios:

d. (a.k.a. Mr. Perfumado) dijo...

oe oe!

viva la democracia bloguera!

viva la madre de dizzy!

vivan las noches en tunisia!

Jorge Onecha dijo...

Jajaja... ¡Qué grata sorpresa la de su visita, Don Diego!

Damas y caballeros, "rebeldes del swing" en general, no se pierdan el blog de este compañero, y sin embargo amigo, cuyas opiniones -no siempre compartidas- merecen ser tenidas en consideración:

http://catalogodemanos.blogspot.com/

(también encontraréis un enlace desde la sección "Blogs de inter(n)és")

¡Un saludo a la madre de Dizzy!

Anónimo dijo...

Ya veo que se está poniendo de "moda" esto de los blogs, aunque forme parte de una asignatura... de la que me estoy librando,no?
Un placer volver a veros, aunque sea por aquí (Onecha, lo de tu visita a Lisboa no se si es perdonable... ;)
Menos mal que un blog se puede aprovechar para dar rienda suelta a la creatividad periodística, que parece que en los años de universidad nos tienen que "obligar" a hacer algo para fomentar la buena escritura.
Un saludo desde la capital lusa, aún estás a tiempo de volver a dejarte caer por aquí...

Sara

Ricardo Herreras Álvarez dijo...

ojala pudiera entender de jazz tanto como para comentarlo...pero todo es empezar
gracias por tu post y tu correción...

Jorge Onecha dijo...

Ah, Lisboa, Lisboa... "Lisboa é muito boa". Lástima no habernos podido encontrar por mi torpeza a la hora de recordar meter en la maleta el enjambre de papelitos donde apunto números de teléfono, direcciones de correo y demás. No importa, me agarré una peonza digna de ser relatada en La Taberna del Piojo:
http://elpiojo.blogspot.com/


(también encontraréis un enlace desde la sección "Colegueo disperso")

¡Un saludo a Sara, que este año no es chica Almodóvar pero es chica Erasmus y chupa de la teta de Europa, que es mucho mejor!

Jorge Onecha dijo...

El bueno de Ric no tiene un café americano en Casablanca, pero su blog es un fantástico filtro de noticias para aquellos que quieran huir de los grandes titulares.

Mucho ánimo en tu ardua labor de faro y vigía de Occidente (Jesús, qué repeluco me ha entrado así al decirlo...). ^_^