Stanley Jordan interpreta "Jumpin' Jack" en la One night in Blue Note de Nueva York, en 1985.
En su libro “Les grands créateurs de jazz” (“Los grandes creadores del jazz”, edición española de J.C. Cifuentes. Ediciones del Prado, 1993.), los célebres críticos y miembros de la Academia del jazz francesa Gérald Arnaud y Jacques Chesnel escribían en 1989:
“Sólo el futuro dirá si este gran solista lleno de expresividad y concentración –recuerda mucho a Hendrix cuando éste tocaba blues- es sencillamente un artista original o, por el contrario, un revolucionario que nos abre toda un nueva era de la guitarra.”
A Stanley Jordan (Chicago, Illinois, 1959) hay que agradecerle que más de uno abandonara la música para consagrar su vida a un trabajo serio y formar una familia. En lo más notable de su discografía, los tres discos que grabó para la Blue Note en los años 1985 y 1986, cuestiona los límites del bop y sofistica hasta extremos insospechados el mal avenido crossover, merced a una técnica tan única como audaz: el touch o tapping.
Esta forma de tocar la guitarra eléctrica tan pianística, pisando las cuerdas en el mástil con ambas manos, cuenta con precursores como Jimmy Webster, Lenny Breau, Edward Van Halen o Emmett Chapman. Sin embargo, Jordan, quien comenzó estudiando piano en sus años mozos, la depura, la expande y, sobre todo, la pone al servicio de su creación sin dejar que la eclipse, permitiéndole desarrollar dos líneas melódicas distintas y una endiablada versatilidad.
Para los más animosos –o con una autoestima a prueba de bomba-, podéis encontrar una guía introductoria a esta, como dicen ahora los modernetes, "epustuflante" técnica aquí (en inglés).
Hoy, una mayoría de edad más tarde del artículo de Arnaud y Chesnel, Stanley Jordan parece haber abandonado definitivamente la pecera, las giras, ese afán tan ochentero por salir en películas -e imploremos al Cielo que haya hecho otro tanto con esos bizarros ropajes- por la música terapéutica. Quizás con sus discos de "Relaxing music for difficult situations" (suena a coña, pero no) pueda curar el "corazón partío" de la legión de extasiados productores de saliva de sus performances que ahora trabajan de ocho a dos en ventanilla antes de recoger a Vanessa María y Montgomery José a la salida de las monjas.
2 comentarios:
Probablemente este blog, sea la unica informacion que reciba en mi vida sobre lo que hizo este tipo y lo que movio a su alrededor.
Es algo flipante que ahora conozca cosas sobre Stanley Jordan, pues en mi vida me habia (ni me habria probablemente) propuesto saber nada de él: !nada mas lejos! es la primera vez que oigo el nombre de este hombre.
Pero me ha impresionado verlo tocar.
y seguro que a él le impresionaria ver que de pronto, esta siendo difundido en un blog, por ahi, en algun recoveco de internet.
Nacho, no sabes qué gratificante resulta saber que la voz de este proyecto no se ahoga en el vacío de la "blogalaxia" -que diría Francis Pisani-. Muchas gracias por tu atención y tu comentario. Espero seguir descubriendo cosas interesantes que poder compartir con personas como tú.
Con respecto a Stanley Jordan, no hace falta decir que a mí este hombre me parece un coloso de técnica abrumadora. Sin embargo, he de reconocer que su música es demasiado "plástica": resulta infnitamente más disfrutable -por cuanto tiene de hipnótico- contemplarle tocar en vivo que escuchar sus mejores trabajos de estudio. A pesar de todo, si quieres seguir investigando, dales una oportunidad a "Magic Touch" (Blue Note, 1985) y "Cornucopia" (Blue Note, 1986. Ya me dirás qué te parecen.
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